sábado, 16 de marzo de 2013

MITOS SOBRE LA SEXUALIDAD FEMENINA

En este post te vamos a presentar algo que nos pareció muy interesante del libro “La mujer sexualmente feliz, Del mito a la verdad científica”, del doctor Juan Carlos Kusnetzoff, el cual se encarga de desenmascarar algunos mitos sexuales sobre las mujeres. Algunas cosas tan simples como ¿El hombre necesita mas sexo que la mujer? ¿El punto G es difícil de encontrar?. Estas y mas preguntas son contestadas.


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Mito 1: El hombre necesita más sexo que la mujer



No es así. “Biológicamente la mujer está capacitada para vivir con plenitud todas las etapas de la relación sexual (deseos, placer, orgasmo) en forma equivalente, si no similar, al hombre”, aclara el sexólogo.



Mito 2: El himen se rompe al perder la virginidad



Según el especialista, muchos hombres y mujeres lo imaginan como un tabique continuo y cerrado, infranqueable sin violencia. En realidad, es elástico y tiene un orificio que permite, por ejemplo, a las mujeres vírgenes usar tampones. ¿Qué pasa en la “primera vez”? El orificio del himen se agranda.


Mito 3: El punto G es difícil de encontrar

“Casi siempre se constata que la zona es fácil de estimular, en especial, con los dedos del compañero”, alienta Kusnetzoff. ¿Cómo encontrarlo? Deslizar el dedo dentro del conducto vaginal y efectuar una leve presión hacia arriba. Se siente como una pequeña rigurosidad o montañita.

Mito 4: Todo el clítoris está a la vista

Pensar eso es un error. “El clítoris está formado por un tronco y una zona más abultada, el glande, que es lo único visible bajo los labios menores”, detalla el doctor. “La estimulación tanto del tronco como del glande provoca su erección y aumento del volumen”, agrega.

Mito 5: Todo pasa en el mismo orificio

Muchas personas confunden la uretra con la vagina. En realidad, hay dos orificios, “uno que permite la evacuación de la orina (el meato uretral) y otro que comunica la vagina con el exterior (el orificio vaginal o himeneal), por donde se evacua la sangre menstrual, se realiza el parto y penetra el pene en la relación coital”, explica el sexólogo.


Mito 6: El placer pasa por los genitales

El doctor reconoce que el clítoris y los labios menores producen placer al estimularse. Pero hace una aclaración importante: “en la mujer otras partes del cuerpo son erógenas: la cara interna de los muslos, los pezones, la boca, las orejas, el cuello, etc.” No las olvidemos.

Mito 7: Las mujeres con senos pequeños son frías

“Aunque leído así se note que es una tontería, varones y mujeres tendemos a asociar los grandes pechos (y en general la figura voluptuosa) con un temperamento apasionado”, dice el doctor.

Mito 8: Hay penes que no se adaptan a la vagina

“Solo es cierto en casos aberrantes, como hombres mayores con niñas pequeñas. Entre adultos no existe tal incompatibilidad”, aclara Kusnetzoff.



Mito 9: Hay vaginas muy cortas

A veces una molestia durante el coito o durante el examen ginecológico lleva a pensar en una vagina corta o no desarrollada. Pero, en realidad, lo que puede ocurrir es una contracción espasmódica de algún músculo o que se trate de un vaginismo. “De ninguna manera está indicada la cirugía”, alerta el doctor.

Mito 10: Fuimos creadas para reproducir
No es así. “Los genitales poseen, tanto en hombres como en mujeres, la doble función de reproducción y placer sexual”, dice Kusnetzoff. “Los ovarios segregan dos hormonas: los estrógenos y la progesterona, que determinan los caracteres sexuales secundarios femeninos”, agrega el especialista.


De “La mujer sexualmente feliz. Del mito a la verdad científica”, de Juan Carlos Kusnetzoff, Editorial Granica. 


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La mujer eyacula 




Para muchas mujeres es motivo de vergüenza mojar sábanas, o incluso el colchón, con el fluido segregado involuntariamente al momento del orgasmo, pues suele ser confundido con orina por ser expulsado por la uretra (conducto por el que es eliminado este líquido de desecho). 


Vayamos por partes. Es bien sabido que la mujer produce una secreción vaginal al momento de la excitación, que tiene como objetivo lubricar las paredes del órgano para que la penetración no resulte dolorosa. Muchas mujeres lubrican abundantemente lo cual no siempre indica que se trate de una fémina multiorgásmica, pero tampoco es este fluido el segregado durante el punto culminante del orgasmo. 

Las investigaciones más avanzadas señalan que el fluido expelido es un líquido alcalino segregado por las glándulas parauretrales, y en su constitución se han encontrado una enzima llamada fosfatasa ácida prostática y glucosa (azúcar); el mecanismo de liberación se activa como resultado de las contracciones pélvicas durante el orgasmo. Debemos dejar claro que no todas las mujeres presentan la eyaculación, que la misma no depende de algún tipo especial de estimulación y que entre quienes la manifiestan habrá mayor o menor cantidad. 

La vagina expulsa aire 

También es causa de pena para muchas féminas el hecho de que durante el encuentro sexual su órgano reproductor expulse aire y haga ruido similar a la salida de gases estomacales por el ano, sin el aroma característico de estos últimos. Bien, pues hay dos maneras de que haya presencia de aire en la vagina: 

Por la existencia de ciertas levaduras (hongos) en el área; cuando este es el caso la expulsión de aire será casi imperceptible e irá acompañado de un olor un tanto desagradable; habrá que realizar papanicolau con colposcopía para corroborar la presencia de microorganismos y el tratamiento a seguir. 
Al tener relaciones sexuales, el movimiento del pene empuja aire al interior del útero, de manera que tenderá a salir cuando el órgano masculino lo permita, pudiendo ser incluso un tanto ruidoso (para algunas chicas igualmente penoso). Evitando las posiciones en que se tiene el coito que permiten el ingreso de aire se acabarán los problemas. 

La penetración anal no sólo es para pervertidas 

 Si bien aún en nuestros días se sigue tachando a la masturbación como algo indebido y morboso, la práctica del sexo anal supera al anterior como transgresor por ser calificado como "sucio", "perverso" y "del gusto de los depravados". Lo cierto es que el ano tiene tantas terminaciones nerviosas sensibles como vagina o pene, por lo cual es igualmente capaz de producir placer; incluso, algunas investigaciones al respecto indican que hay mujeres que sólo pueden alcanzar el orgasmo por esta vía, sin que intervenga vagina o clítoris, aunque no es lo más frecuente. 

La penetración anal ha sido por siglos la opción para quienes buscan preservar la virginidad y evitar embarazos no deseados, o como una opción en los períodos de menstruación. No obstante, es muy importante tomar algunas medidas que harán de este tipo de coito seguro y satisfactorio; por ejemplo, el uso del condón resulta de vital importancia, ya que la mucosa rectal es una vía de entrada de virus y bacterias que pueden invadir al órgano masculino y causarle alguna infección; por la misma razón se debe cambiar el preservativo si se contempla una penetración vaginal, o bien, lavar pene o dedo que se haya empleado en la penetración antes de introducirlo al órganos reproductor femenino. 

También debe tomarse en cuenta que a diferencia de la vagina, el recto no se autolubrica tras la excitación, por lo que deberá utilizarse crema o gel lubricante con base acuosa (vaselina y aceites pueden perjudicar al látex del preservativo); el producto debe colocarse tanto en pene o dedo como en ano. Finalmente, tenga en cuenta que el recto puede llegar a sufrir daños si el coito es violento, de manera que la penetración debe ser cuidadosa, paulatina y suave, retirándose si el receptor refiere dolor intenso o si hay fuerte resistencia. Esta información puede abrir su mente a nuevas experiencias con su pareja. 

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